Sí, el corazón es grande, impredecible e inexplicable, al igual que el cerebro. Nuestro cerebro.- la mente; nuestro corazón.- los sentimientos y emociones, ambos "órganos" tienen tantos escondites, tanto espacio, algunos les llaman "habitaciones o cuartos". De repente un intruso se puede colar.
A veces nos puede sorprender que alguien del pasado todavía habite en un lugar recóndito de nuestro corazón o de nuestra mente. Algún invitado que creíamos que ya se había marchado de nuestro corazón, hace muchos años, de repente aparece.... O tal vez siempre ha estado bien presente, ahí, sólo ocupando un lugar especial de nuestros pensamientos y de nuestro corazón, pero nunca en la vida "real".
Entonces sí podemos amar a muchas personas a la vez. Con diferentes tipos de amor, a diferentes niveles, en diferentes etapas.
Podemos ser fieles a nuestro ser amado del presente, con quien vivimos, con quien nos comprometimos, a quien conocemos íntimamente como a nadie más, y al mismo tiempo amar al amor platónico de hace veintitrés años. ¡Ah no! Ese "amor" nunca existió, ni existe. Siempre habitó en el lugar más secreto de tu cerebro y de tu corazón. Ese "amor" se quedó ahí y tal vez nunca salga.
Y el amor que se sintió, se deseó, se imaginó, se pensó, se AMÓ..... Pero que nunca se expresó, jamás se habló, ni se compartió. ¿Ese amor, es amor? ¿Será ilusión? ¿Es real? ¿Es amor? ¿Es una tontería de niños, o de adolescentes? ¿O es un amor tan viejito que ya está senil, o hasta con demencia o Alzheimer? ¿O es un amor atrapado porque no puede salir? No es correcto, ni apropiado, ni permitido, ni.....debe existir.
Mientras tanto, ese amorcito infantil o adolescente, se queda ahí escondidito en una de las grietas del cerebro, o de las que no se ven en lo que llamamos "corazón". Pero algún día, tal vez encontrará la oportunidad, la situación perfecta y correcta, una circunstancia adecuada para salir corriendo y llegar hasta la persona que lo inspiró. Va a ir corriendo y gritando: ¡aquí estoy, aquí he estado, no me he ido después de todos estos años, experiencias, personas, amores, cariños, viajes, libros, cartas... Aquí estoy todavía, por ti y para ti! Pero qué triste si el objeto de tal amorcito (infantil y adolescente, que ha sobrevivido dentro de ese cerebro y ese corazón después de tanto vivido durante ese par de décadas) no le corresponde, ni le importa que exista. Qué triste que ese amorcillo no sea importante, ni correspondido, ni mutuo... Sino sólo un amorcillo insignificante, ignorado y no deseado. Qué triste para ese amor que habitó en ese corazón y en esa mente por todos estos años.
- Para ti amiga treintona, que aunque eres feliz, fiel, amas y eres bien amada; sigues amando en secreto a tu amor de adolescente, a quien nunca volviste a ver, ni escuchar su voz, pero sigues albergando ese amor en tu corazón. Y para ese ser amado, que ni enterado está, pero que es amado en secreto y vive en los "hubieras" de una adolescente tímida que nunca maduró.