martes, 23 de marzo de 2010

Paquita la del Barrio

Me he enterado de que la cantante mexicana Paquita la del Barrio (del Barrio no es su apellido ¿verdad?, entonces ¿es con mayúscula o minúscula?) dijo ante las cámaras que prefiere que un niño se muera de hambre a que una pareja de homosexuales lo adopten. Ahora muchos se le echan encima, critican su opinión y condenan su postura.

No entiendo por qué si se le pregunta su opinión y ella la da, ahora se quejan. Que su opinión, postura, o punto de vista sea diferente al de muchos (o pocos, no importa) no me afecta a mí ni a nadie. Una opinión, como la que estoy dando ahora, es eso, una mera opinión y si preguntas y no te gusta la respuesta, pues te aguantas ¿no? Cuando otros difieren de mi opinión, comprendo que fuimos creados y criados de formas diferentes. Todos somos diferentes en lo que creemos y pensamos, sea correcto o incorrecto.

Muchos dicen que no se debe juzgar, ¿pero a Paquita sí la podemos juzgar? Definitivamente no defiendo a la señora Paquita, ni siquiera conozco su música, pero si me parece hipócrita que su postura sea condenada, cuando muchos deben pensar lo mismo pero no se atreven a decirlo. ¿Por qué esperamos que todos estén de acuerdo con nosotros?

Me encantan mis amigas y amigos con los que difiero en opiniones y creencias y podemos exponer nuestros puntos de vista y nuestras razones de por qué cada uno pensamos que tenemos la razón. ¡Qué entretenido y enriquecedor es discutir puntos de vista diferentes!

La verdad es que la opinión de Paquita no me afecta de ninguna forma. Pero opino aquí en mi blog sobre lo que otros opinan de su opinión ja ja ja. ¿A quién le importa?

lunes, 22 de marzo de 2010

¿Qué es el fin del mundo?

Cuando se dice que “el fin del mundo” está cerca, ¿a qué se refieren? No sé que quiere decir, si es una frase para decir que las cosas van de mal en peor, o si de verdad se cree que pronto no quedará ningún ser humano vivo sobre la Tierra.

Y que el calendario maya se termina en diciembre del 2012. ¿Porque de ahí ya no hay más seres humanos que poblarán la tierra por alguna razón, o porque la civilización sufrirá un cambio drástico de cómo es ahora? Y ese cambio, ¿será para bien o para mal? ¿qué tipo de cambio?

No conozco la respuesta a ninguna de estas preguntas que me hago. Si alguien tiene alguna idea, espero me la comparta.

Y hay gente que dice que se están viendo “cosas que antes nunca se habían visto”. ¿Pero se debe a que no sucedían esas cosas, o a que no se reportaban y no había la forma de ver lo que sucedía en el otro lado del mundo? Algunas de las cosas que he escuchado que mencionan son: terremotos, tsunamis, tornados y otras catástrofes naturales. Enfermedades como el cáncer, sida, y otras tantas que matan. También tragedias causadas por el mismo ser humano como: guerras, atentados terroristas, violaciones de todo tipo, secuestros, asesinatos, incremento en el número de suicidios, genocidios y demás que podemos mencionar.

¡Ah y claro.- el calentamiento global! Que si uso sólo los productos que digan “green”, o que si ya no uso mi carro voy a poder ayudar a salvar el mundo. Lo malo es que, aquí en el medio de la nada donde tengo la fortuna de vivir, ¿cómo le hago para ir a comprar la comida de mis niñas? Transporte público no hay. En bicicleta no llego ni a la gasolinera más cercana con la nieve, ¿y cómo me traigo las bolsas del mandado en bicicleta? ¿O primero salvo la Tierra que a mis propias hijas? El mentado calentamiento global. Si vemos las estadísticas e investigaciones científicas serias, podemos ver que se comprueba que en la historia de este planeta a veces hay eras más calientes y otras más frías, es normal. Contrario a lo que algunos políticos y activistas quieren hacernos creer, esta no es una de las eras más calientes. Ese es otro tema.

Y otras cosas que se me ocurren: que el volcán gigante que está bajo la tierra en el parque de Yellowstone haga erupción. Ahí ahora sí que ya valimos todos los que estamos en Canadá. México y E.U. mínimo ¿no? O si un país manda una bomba a otro país, ahí están las bombas a la espera, ¿a la espera de qué?

Y el tema de conversación entre mi gente regia en los últimos días: Que Monterrey ya no es seguro como lo era hace muy poco tiempo. Que no hay respeto por nada ni por nadie, así que matan a quien sea, culpable o inocente. De verdad que escuché a alguien muy querido decirme: ¡Es el fin del mundo! Parece que tiene que ser si todo esto ha llegado a nuestro Monterrey, que todos creíamos intocable.

¿Y el anticristo mayor ya nació? ¿Ya está en poder? ¿Ya estamos en los últimos hechos revelados en el Apocalipsis antes de que regrese Jesucristo en su segunda venida al mundo?

¿Cuál es la verdad? ¿Qué nos depara el futuro personalmente y como humanidad? ¿Qué les depara este mundo a nuestros hijos? ¿Llegaremos a viejos con ellos?

Por ahora a seguir viviendo y disfrutando del presente. Tengo mi calendario lleno y por lo pronto, esta semana me depara muchísimas actividades divertidas con mis hijas. Muchas horas de manejar de un lado de Denver a otro, muchas visitas y paseos. Una semana llena y ocupada es lo que me depara mi futuro más cercano.

jueves, 18 de marzo de 2010

La primera desilusión de mi vida

La primera decepción que (recuerdo) sufrí en mi vida, sucedió cuando tenía 3 años. Mi papá y mi mamá me dijeron que a la Bebita que acababa de nacer, no le iban a poner el maravilloso nombre que YO había elegido. Ellos decidieron que se llamaría Ada Guadalupe.
Yo tenía 3 años cuando mi hermana menor nació, y desde que mi papá y mi mamá anunciaron que mi hermano, mi hermana mayor y yo íbamos a tener una hermanita, empecé a pensar en cual sería el nombre ideal. Después de pensarlo y repensarlo me decidí por el que yo consideraba era “el mejor nombre del mundo”. Yo soñaba despierta con el momento en el que YO anunciaría a todo el mundo (mi mundo de niña de 3 años) sobre la llegada de mi hermanita y el nombre que YO había escogido para ella. ¡Qué especial me sentía!
¡Qué decepción escuchar que la bebitititita que cabía en una cajita de zapatos se llamaría Ada Guadalupe y no Mujer Maravilla! ¿A quién se le ocurre? Sólo a mis papás.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Un breve pensamiento antes de dormirme

Me encanta saber que la gente se casa. Me hace feliz ver que dos personas se encuentran en este mundo tan complicado, se aman y se hacen felices.
Aunque no conozca a una pareja que se promete amor hasta que la muerte los separe, siempre me encanta ver una boda. Me pone la piel chinita y me emociono mucho por ellos. Siempre que veo que alguien se casa, hago una pequeña oración por ellos y los encomiendo a Dios para que su matrimonio sea bendecido.
Qué bello sacramento es el matrimonio. Es difícil también, sé que no todo es fácil y romántico, pero vale la pena casarse y tener esa compañía de un cónyuge.
Me da tristeza cuando me entero que se divorcian. Especialmente me da tristeza cuando yo fui a la boda y estuve ahí echando porras, y tiempo después resulta que siempre no.

martes, 16 de marzo de 2010

Canciones y recuerdos

Me imagino que todos debemos tener canciones que nos recuerdan a ciertas personas en nuestra vida. Aquí hago una lista de algunas canciones que cuando escucho, o cuando se me vienen a la mente, me recuerdan a ciertas personas que han sido importantes en diferentes etapas de mi vida (o toda mi vida tal vez):

La ventanita: No sé si se llama así, pero es de Garibaldi. “Desde que me dejaste, la ventanita del amor se me cerró”. Me recuerda a mi hermana Ada regañándome y burlándose de mí porque yo la cantaba mal. Para mí una parte de esa canción decía esto:“Ven vuélame en pedazos, ya no aguanto esta pena….” Aunque ella me decía que decía: “Tengo el alma en pedazos, ya no aguanto esta pena …” Como sea yo sigo cantándola a mi manera cada vez que me acuerdo, aunque sé que no tiene sentido.

Que se pongan botas: La cantaba La Onda Vaselina. “Que se po, que se po, que se pongan botas, que se qui, que se qui, que se quiten tenis”. Cada vez que la escucho quiero ponerme a bailar y me recuerda a Elio. La bailamos muchas veces, en muchos bailes en nuestra adolescencia. ¡Qué divertido! Y eso me recuerda que un año en una entrega de premios de Aportus, Elio y yo nos ganamos el premio a “Los bailadores” ja ja ja.

Nassau de los Hombres G: me recuerda a Zoe y Mareva, bailando y cantando a todo pulmón.

Amiga mía de Alejando Sánz.: No sé por qué me recuerda a Alan Dávila. Bueno, sí sé, pero es una larga historia.

No sé cómo se llama ni quien la cantaba, es una canción algo naca, sin ofender a nadie. Va así: “Qué no te habrán dicho, qué no te habrán dado. Di si hay un capricho que no has realizado. Di si hay un espacio, perdido en tus días, para así llenarlo con mis tonterías. Quiero una respuesta y la quiero pronto, dime si en tu vida, has amado a otro tonto…” Me la sé completa porque me la enseñó mi amiga Blanca. No sé por qué la canto seguido cuando estoy bañando a Allegra, ja ja ja.

Otra canción naca que me enseñó mi amiga Karla Georgina (con quien no tengo ningún contacto desde sexto de primaria): “Qué pasó, yo no sé, lo que tiene esa mujer; hizo un pleito y se peleó, con seis que conozco yo, le tocó la de perder, le torcieron todo el pié, pobrecita, pobrecita gritaba ay ay ay ay ay ay…”

Quiero seguir, pero de verdad estoy muy cansada. Espero seguir pronto con mi lista de canciones que me recuerdan a gente chida. Buenas noches a todos mis lectores.

viernes, 12 de marzo de 2010

Algo que hago para complacer a mi esposo

Últimamente decidí aceptar una propuesta de mi esposo: acompañarlo semanalmente, en frente de la televisión para ver dos programas nuevos que pensó que le iban a gustar (y sí le gustan). Acepté más que nada por complacerlo, pues la acción de sentarse a ver la televisión, me parece una pérdida de tiempo y no me parece una “actividad” para hacer con niños, pero ya que es algo que haremos los dos, después de poner a las niñas a dormir, pues decidí aceptar su propuesta.
Uno de los programas es “V”, que es la versión nueva de un programa que creo que se llamaba en español (hace muchos años) “Invasión Extraterrestre” –Ahorita no lo están pasando, empieza otra vez el próximo mes, o quien sabe cuando ---.
El otro programa que nos reunimos como esposos a ver, se llama “Caprica” un programa de ciencia ficción que tiene lugar en un planeta diferente y lejano, con personas como nosotros, pero con creencias y costumbres diferentes y tecnología más avanzada.
Lo que sé hasta ahora es que hay una adolescente que es la protagonista, y muere en un tren debido a que su novio puso una bomba, por lo que se cree que ella era parte de un culto terrorista y muchos la culpan a ella de la muerte de cientos de personas que iban en dicho tren.
El papá es un científico que creó unos robots grandotes, y para no hacerles el cuento largo.- la memoria de la chica vive en el robot original que el papá creó. O sea, si es que entiendo bien, esta muchacha vive en este robot y le da vida. De hecho, en muchas escenas en vez de ver al robot, la vemos a ella, pero claro, todos la ven como robot. Ella no quiere que nadie sepa que está viva en un robot, solamente le llamó por teléfono a su mejor amiga para avisarle que ahí estaba. Qué chido que la amiga la reconoció aún con la voz robótica. Ella está ahí porque su memoria estaba en algo que se ve como un disco. Ella misma había creado un avatar con el que interactuaba con otros adolescentes en un mundo virtual, es esa persona virtual la que está dentro del robot. Como un clon, me imagino, pero la original ya falleció.
Como siempre, los perros son los seres más inteligentes e intuitivos no importa en qué planeta vivan. El perro de la familia sabe que su ama ya fallecida, está realmente viva dentro de ese robot. Se acerca al robot (llamado Cylon) y le lleva pelotas para jugar, etc. ¡Qué bellos e inteligentes los perros, ¿no? Me pregunto si mi Churro me reconocería si reencarno en un robot. (JA JA JA. No se crean, no creo en la reencarnación, pero sí en la vida eterna.)
La verdad es que sí me gusta la historia, aunque me gusta más “V”. Definitivamente es más creíble que vengan a nuestro planeta seres extraterrestres disfrazados de humanos, que realmente tienen sus cuerpos de reptiles debajo de su cuerpo humano, y que quieren convencernos de que son buenos y vienen a ayudarnos, pero realmente tienen planes malévolos de dominar la tierra y matarnos a todos. Esa historia es más posible que suceda en esta vida, ¿verdad?
Ya me despido para unirme a mi esposo en nuestra actividad marital de cada viernes en la noche.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Diana

Conocí a mi amiga Diana el primer día de prepa. Ella se había mudado de Puebla a Monterrey a vivir con unos tíos, ya que sus papás se habían divorciado y no podían (¿?) hacerse cargo de ella. Diana vivía con sus tíos muy cerca de donde yo vivía. Un parque separa las calles de la casa de mis papás y la calle de la casa de sus tíos. Algunos de ustedes conocen ese parque.
Diana era tan buena y dulce y nos queríamos mucho. ¿O se dice “queremos”? ¿Tiempo presente o tiempo pasado? No lo sé.
Cuando entramos a la universidad, ya no nos veíamos tan seguido porque íbamos a diferentes escuelas. Muy seguido cuando yo regresaba ya tarde de la escuela, me decía mi mamá que Diana había ido a visitarme.
Diana se enfermó, ella creía que de gripa. Su salud se fue empeorando en un par de meses y ella fue con varios doctores, que le daban diferentes diagnósticos, pero ninguno le atinaba. Qué lástima que le atinaron hasta el momento de su autopsia. Diana estudiaba veterinaria y meses antes, durante la disección de un perro, en una clase, ella se había picado con una aguja y se había infectado. No sé más detalles, sólo que murió.
Después de su muerte yo soñaba con ella casi todas las noches. En mis sueños, Diana estaba en la calle caminando cerca del parque o por el mismo parque y yo la veía de lejos. Yo corría para alcanzarla y hablar con ella, pero nunca la alcanzaba. Ella seguía caminando y yo solamente la veía de espaldas. Entonces yo intentaba correr más rápido y le gritaba súper fuerte ¡DIANA! ¡DIANA!. Luego ella daba vuelta en alguna esquina y al llegar yo a esa esquina Diana ya no se veía por ningún lado. Me quedaba muy triste y algo frustrada de no haberla alcanzado para despedirme. Por fin un día la alcancé. Le dije: “Diana, ¿no que te habías muerto? ¡Qué bueno que no te moriste! Yo te he visto muchas veces en el parque, pero no te alcanzaba cada vez que te perseguía” Diana me contestó con una sonrisa que veo en mi mente muy seguido: “Sí me morí Brisa, ya no estoy aquí. No te preocupes, tú vas a estar aquí por un tiempo y luego nos vamos a encontrar allá”. Entonces siguió caminando y ya nunca más la volví a ver en mis sueños. Hace quince años que no sueño con Diana. Ella me aseguró que nos volveríamos a ver. Diana: te quiero mucho.

martes, 9 de marzo de 2010

Yo: Casi una Medallista Olímpica

Yo pude haber competido en las Olimpiadas y hasta pude haber ganado. La verdad es que nunca sabré de hecho si pude haber sido una campeona olímpica o no, pues nunca estuve expuesta a ninguna actividad deportiva.
¿Cómo podré saber si alguna vez pude haber triunfado en patinaje sobre hielo, gimnasia, y otras actividades que ni se me vienen a la mente en este momento (no sé si por mi ignorancia en cuanto a actividades olímpicas, o porque mi bebé de 8 meses está llorando a todo pulmón, solo porque está cansada y tiene que dormir), si nunca tuve la oportunidad de practicar tales actividades deportivas desde pequeña?
Y si hubiera querido ser campeona de natación, ¿a qué edad debería haber empezado a entrenar? Yo aprendí a nadar cuando tenía diecinueve años, ya estando estudiando mi carrera. Para ese entonces los que pudieron haber sido mis colegas deportistas en las Olimpiadas, ya me llevaban mucha ventaja. De hecho, creo que aprendí a nadar bien, pero no rápido. Al igual que correr, eso sí se hacer, correr, pero no rápido. O sea, que si me caigo de un barco en el medio del océano, podría nadar un buen, por mucho tiempo y no ahogarme, pero si tuviera que huir de un tiburón, ahora sí que ya valí porque me alcanzaría de inmediato. Al igual que si me encuentro en la selva y un león u otro animal salvaje me persigue, eso de correr con agilidad y rapidez no se me da, así que ya saben en donde terminaría mi cuerpo.
No puedo evitar preguntarme si yo hubiera llegado a ser una campeona olímpica, si hubiera empezado desde niña a practicar algún deporte. La culpa de mi inhabilidad en los deportes se la echo a mis padres, quienes no me expusieron a tales actividades cuando yo ni sabía que existían. (Por favor recuerden mi personalidad sarcástica y no crean que estoy enojada con mis padres por tal razón).
Esto mismo alguna vez lo platiqué con una amiga de aquí de Colorado, que me dijo: “Yo soy hija única y mis papás me llevaron a clases de todo tipo desde muy pequeña. Durante mi infancia y adolescencia estuve en clases de natación, equitación, ballet, gimnasia, nado sincronizado, patinaje sobre hielo; y también en clases de pintura, escultura, violín, piano; y muchas otras actividades que no recuerdo. Ninguna de las actividades pegó. Nunca encontré algo en lo que fuera buena, y tú y yo estamos en las mismas”.
Y me sigo preguntando: ¿Si hubiera tenido la oportunidad, hubiera sido toda una deportista y hasta campeona olímpica? ¿O al menos tendría la motivación de salir a correr todos los días, o de terminar un video de aeróbics? ¿O estaría en las mismas?
Si no tengo mis medallas olímpicas, ni sé jugar ningún deporte (ni les entiendo cuando los veo en televisión, por eso mejor no los veo) la culpa definitivamente es de mis padres, no mía.

jueves, 4 de marzo de 2010

Mi encuentro cercano con un oso enorme

Cuando trabajaba en Compass Montessori Secondary School, solíamos ir a acampar muy seguido, al principio del año escolar y en otras ocasiones durante el año. Realmente, cualquier excusa era buena para no tener clases en esa escuela, y había muchos viajes, caminatas y escapadas divertidas.
En esta ocasión fuimos al principio de un año escolar a acampar a las dunas aquí en Colorado. Es un largo camino de Golden hasta allá, y aún más tardado yendo en un autobús escolar (aunque esto no viene al caso con mi anécdota).
Estuvimos allá una semana. Lo peor de ese campamento fue el hecho de que no teníamos donde bañarnos y por tantos días era muy incómodo. Aunque todos tuvimos una (y algunos dos) oportunidad de bañarnos una vez durante esa semana, ya que nos tocaba ir una vez (a algunos dos) a unas aguas termales donde había baños, así que podíamos bañarnos ahí.
Una de esas noches en las que la mitad de los alumnos y maestros habíamos ido a nadar a las aguas termales, regresamos cansadísimos y nos fuimos directo a dormir a nuestras tiendas. De repente, cuando intentaba quedarme dormida, escuché mucho ruido afuera, donde estaban las mesas y el área de comer. Después de unos minutos de escuchar ese escándalo, escuché a una de las maestras decirme que hablara con los alumnos que pudiera, desde mi tienda, y que les dijera que teníamos que irnos al autobús de inmediato y de forma ordenada y callada. Así lo hice, y empezamos todos a caminar hacia el autobús. Muchos de los adolescentes se veían adormilados; otros se veían confundidos; todos estábamos sorprendidos y algunos hasta asustados. Al subir al autobús los que estaban ya arriba anunciaban a los que iban llegando, que había un oso enorme buscando comida.
Los maestros y maestras pasamos lista mental, recordando los nombres de los estudiantes que habían ido a acampar en esa ocasión. No teníamos las listas de alumnos con nosotros, pues estaban en nuestras tiendas de acampar. Pasamos lista varias veces, hasta que estuvimos seguros de que teníamos a todos nuestros estudiantes sanos y salvos en el autobús.
Desde el autobús todos pudimos “disfrutar” del espectáculo que el oso gigante nos dio al intentar abrir las hieleras, especialmente la hielera que tenía toda la carne que consumiríamos el resto de esa semana.
El héroe de ese viaje fue el maestro de matemáticas, Peter (quien meses después, en el viaje a Europa resultaría ser también nuestro héroe y protector); un hombre maduro, muy serio y elocuente. Al ver que estábamos en el medio de las dunas, solos y desamparados, decidió salir del autobús y abrir la hielera de la carne, para que de esta forma el oso pudiera sacar la carne y se fuera. Salió y estuvo a unos cuantos metros del oso que cada minuto que pasaba sin poder abrir la hielera, más enojado se ponía. Peter abrió la hielera y regresó al autobús, mientras el oso saqueaba la hielera y se llevaba toda la carne que encontró.
Como todos los que solemos (o solíamos antes de ser padres) acampar en Colorado sabemos, sí hay osos en las montañas, pero basta con ser precavidos para no tener un encuentro cercano con tales seres de fuerza impactante. Nosotros no fuimos precavidos. Es bien sabido que los osos no se acercan a los campamentos, a menos que huelan comida, por lo que se recomienda que se guarde todo en bolsas y no se deje nada en las tiendas, sino dentro de los vehículos. Nosotros lo sabíamos y eso hacíamos cada noche, excepto por esa noche. Creo que los cuatro maestros responsables por la seguridad de aproximadamente ochenta estudiantes de prepa, pensamos que alguien más se encargaría de guardar la comida. Nadie lo hicimos. No es algo de lo que estoy orgullosa. Lo peor según mi punto de vista, sucedió a la mañana siguiente cuando todos estábamos desayunando y comentando sobre lo acontecido la noche anterior. Mike, un estudiante nuevo, a quien acabábamos de conocer un par de días antes, cuando nos reunimos para partir a nuestra aventura, nos aseguró que él no tenía idea de lo que estábamos hablando. Fue en ese momento cuando los maestros nos percatamos de la ausencia de este estudiante nuevo. Me da tristeza pensar que nadie extrañó a Mike en el autobús. Y me asusta pensar qué hubiera sucedido si el oso hubiera pasado corriendo por la tienda donde Mike dormía pacíficamente mientras escuchaba música con sus audífonos puestos. Mike no escuchó nada en toda la noche. Definitivamente él fue el que mejor descansó esa noche en la que el osote nos visitó.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Detalles que alegran mi corazón

A veces una palabra, una llamada telefónica o un correo electrónico nos pueden alegrar un momento, el día o hasta todo el mes. Aquí tengo una pequeña lista de detalles que me han alegrado últimamente y que recuerdo por el momento (mientras escribo este blog). No están en ningún tipo de orden.

- Mi bella Blyssebela diciéndome: Mami eres muy bella. –Ja ja – Gracias Dios porque mi hija me ve así.
- Cuando la pequeña Allegra balbucea y Danny y yo pensamos que dice ALLEGRA, y alguien más nos dice: ¡Dijo Allegra! La verdad es que quién sabe si lo esté diciendo o no, pero qué alegría cuando alguien más escucha lo que nosotros creemos escuchar. Eso nos hace pensar que no estamos completamente locos.
- Sammy (el hijo de 4 años de mi amiga Eva), me vio el domingo pasado, después de varios meses de no vernos y corrió, me abrazó muy fuerte y me decía: “Brisa I love you, I love you”. ¡Qué ternura, qué dulzura, qué inocencia! ¡Gracias Sammy por tu muestra de cariño!
-Cuando mi amigo Paco, de la secundaria, me encontró en Facebook y me escribió. Hace aproximadamente veinte años que no hablábamos y casi lloro cuando leí la forma tan bonita en la que él me recordaba. Me hizo recordar anécdotas de mi vida que hace muchos años no pasaban por mi mente. Por ejemplo, cuando las monjas me regañaba porque les pasaba la tarea a mis compañeros, incluyendo a Paco. ¡Gracias Paco!
- Uno de los detalles favoritos de mi vida.- cuando mis ex estudiantes me contactan porque se acuerdan de mí. La verdad es que solamente de pensarlo quiero llorar y mi corazón se llena de alegría. Recuerdo con tanto cariño a cada uno de mis estudiantes. Me alegra muchísimo cuando me llaman o me escriben y ¡hablan español! ¡Qué orgullosa me siento de ellos!
- Las llamadas nocturnas de quienes han sido mis mejores amigas por más de dos décadas. Hablamos y nunca se nos acaban los temas de conversación. Y por más diferentes (y parecidas)que somos, siempre nos despedimos diciéndonos cuanto nos queremos. Blanca y Mony las adoro. (Y a las demás con las que no he hablado en un buen tiempo también) Mejor no menciono nombres para no hacer sentir mal a nadie. Mané me encanta hablar contigo seguido también. ¡Las quiero amigas que me han aguantado tanto!
- Mis amigas Addie y Lauren me trajeron algo de comer (en diferentes días cada una de ellas) cuando regresé de Monterrey después de que falleció mi papá. La verdad es que me ayudó mucho el disfrutar de la comida deliciosa con mi familia, sin tener que haberla cocinado yo. ¡Muchas gracias y Addie y Lauren! Y también gracias a mis amigas Amanda y Briana que nos hicieron brownies ¡mmmh!
- Hablando de comida: La gente que tan amablemente nos cocinaron cenas deliciosas después de que mis papás se fueron, después de que nació Allegra. Parece que no es mucho, pero la verdad es que llevar una cena a alguien que tiene un bebito recién nacido en casa, es una GRAN ayuda y un bello detalle. ¡Gracias Adriana y a mis amigas de la iglesia! Dios se los va a pagar con creces.
- Hay tantos momentos que a diario me hacen tan feliz. Gracias Dios por toda tu bondad y por los milagros en mi vida, que no merezco. Seguiré esta lista en otra ocasión para no aburrir a mis fieles lectores. :)

lunes, 1 de marzo de 2010

Palabras y frases cuyo uso me disgusta (Parte 1)

Hay palabras y frases que me cae mal escuchar, pero claro que todos son libres de usarlas. Como sea, he aquí una lista de palabras y frases que no solamente me molestan y me repatean, sino que me causan mucha pena ajena cuando otros las usan en frente de mí.

Hello!?: No me molesta como lo que realmente es: un saludo en inglés. Si se está hablando inglés y alguien llega o contestas el teléfono, esta es la palabra adecuada. Pero sí es muy molesto cuando se usa esa palabra mientras se habla español y se dice “O sea, HELLOOOOO?!” --- Como para decir que no se entiende o que la persona con la que se está teniendo la conversación no comprende. --- O realmente, ¿por qué se usa? Yo creo solo para molestarme a mí. –jajaja.

Hacer la “meme”: Para decir que vas a dormir.

Lindo o linda: No me molesta el uso de esta palabra cuando es para describir a una “linda persona”, como alguien noble o bondadoso y tierno. Pero sí me molesta cuando se usa como sinónimo de bonito o bonita (lo cual está perfectamente bien usado, pero me molesta). Aquí les presento unas oraciones como ejemplos: Ese gatito está lindo. Me pareció ver a un lindo gatito (ja ja, de hecho esa no me molesta). ¡Qué linda puesta de sol! Un lindo vestido, perro, coche; o una linda flor, casa, bufanda, etc.

Caca: sinónimo de popó o excremento. ¡Guácala!

Así, así: Como respuesta a la pregunta en español ¿cómo estás?. En lugar de decir: Más o menos, dicen “Así, así”. No sé por qué, en muchos libros de español se enseña esta frase y maestros de español la promueven. Por favor si alguien sabe en que país de habla hispana se usa esta frase hoy en día, instrúyanme y háganmelo saber. ¿Quién dice – Estoy así así-? Nadie que yo conozca.

Bueno, pues: “Bueno, pues.” Así nada más. ¿Qué más? Bueno, pues ya me voy a mi casa. O, bueno pues ya aquí termina esta conversación. Pero solamente “bueno, pues” Bueno y pues no van juntos de esa forma sin nada después de pues.

Chispa: Como adjetivo calificativo. Ejemplo: La niña estaba (o era) bien chispa. “bien chispa”!!! Como para decir que es muy graciosa o chistosa.

Proseguiré en otra ocasión para no aburrir a mis lectores. (Y si estás leyendo y crees que nadie lee mi blog, muy probablemente estás en lo cierto y eres el único leyendo)