Algo que aprendí hace mucho tiempo, es que NUNCA se debe preguntar o asumir que una mujer está embarazada. En ocasiones me he visto tentada a felicitar a alguien o comentar al respecto, pero prefiero quedarme callada, hasta que me lo digan directamente.
La semana pasada estaba platicando con una amiga, y una conocida de ella se le acercó y le dijo: “¡Felicidades porque estás embarazada! ¿Verdad?” Mi amiga se rió y tranquilamente le contestó: “No, sólo estoy gorda”. La señora con el comentario inoportuno le explicó: “No, no es eso, es que te vi comprando ropa de bebé y pensé que estabas embarazada”. Me imagino que dijo eso solamente para justificarse y tratar de arreglar un poco la situación.
Yo me sentí súper incómoda y pensaba: “qué mala onda esta señora, que se caye por favor”. Supuse que mi amiga (que en mi opinión no parece embarazada, pero comprendo que tiene algo de pancita y que alguien imprudente podría pasarse de observador y llegar a tal conclusión equivocada) se sentiría muy mal, aunque estaba tratando de actuar como si no le hubiera molestado.
Ella se despidió de la señora, las dos agarramos a nuestras hijas y nos fuimos juntas. Mientras regresábamos al estacionamiento, ella me dijo que tenía muchas ganas de llorar, pero no lo iba a hacer. Me sentí tan triste cuando la vi con los ojos llenos de lágrimas.
Hoy te quiero pedir un favor: No asumas que alguien está embarazada por más gigantesca y deforme que te parezca su estómago. Y si lo piensas, no lo digas, puedes hacer sentir tan mal a esa mujer y puedes arruinarle el día o toda la semana. Gracias.
Escribo algunos de mis pensamientos, recuerdos y anécdotas cuando tengo unos minutos libres.
lunes, 11 de octubre de 2010
martes, 5 de octubre de 2010
Querido Blog
Querido Blog:
No te he atendido porque me ha pegado esa enfermedad del “qué dirán”. Normalmente pienso que no me afecta, pero últimamente cada vez que me siento inspirada para escribirte algo, pienso en gente que lee o pudiera leer lo que escribo y pienso que se pueden sentir ofendidos de alguna forma, entonces me abstengo.
Voy a intentar venir más seguido para desahogarme mi querido blog. Después de todo, te tengo para mí, no para nadie más.
Y a la gente que me ha dicho que me escribe, pero que nunca comenta, les agradezco que se tomen el tiempo de entrar en uno de mis pensamientos de tantos que brincan en mi mente a diario.
No te he atendido porque me ha pegado esa enfermedad del “qué dirán”. Normalmente pienso que no me afecta, pero últimamente cada vez que me siento inspirada para escribirte algo, pienso en gente que lee o pudiera leer lo que escribo y pienso que se pueden sentir ofendidos de alguna forma, entonces me abstengo.
Voy a intentar venir más seguido para desahogarme mi querido blog. Después de todo, te tengo para mí, no para nadie más.
Y a la gente que me ha dicho que me escribe, pero que nunca comenta, les agradezco que se tomen el tiempo de entrar en uno de mis pensamientos de tantos que brincan en mi mente a diario.
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