Ya más de 15 años en Colorado, y ya extraño a mi familia.
Mi familia tan imperfecta y loca. A veces podemos parecer maleducados, pero nunca falsos ni mentirosos. En mi familia no pretendemos ser lo que no somos.
Somos sinceros y expresamos abiertamente lo que sentimos y pensamos. No nos preocupa el "quedirán".
Ya extraño a mi familia loca. La primera vez que conoces a alguien de mi familia, sabes lo que le gusta y lo que le disgusta. No es posible (en mi familia) que pase más de un año sin saber lo que un alguno de nosotros cree o no cree, piensa o no piensa, ni en qué están a favor o en contra. Imposible que algún Martínez del Bosque se quede calladito, sonriendo y asintiendo con la cabeza, si no estamos de acuerdo en algo.
Extraño a mi familia. Donde a los parientes políticos se les trata como hermanos de sangre. Donde es inevitable ser "metiche" porque de verdad se interesan por los demás. Donde siempre encuentras quién te escuche, quién se eche contigo un postre, quién te acompañe por una nieve, y definitivamente quien te cuide a los güercos.
Extraño a mi familia. No es una familia modelo, pero es lo que es "normal" para mí. No es una familia perfecta, pero ahora sé que es una familia más sana que muchas que fingen serlo.
Extraño a familia. Cerca de ellos nadie se siente solo, ni hay oportunidad de deprimirse. Todos los días hay un pleito, y más de una reconciliación. Y no es necesario pedir perdón con palabras, porque las acciones hablan más que mil de ellas. Allí no es necesario mandar tarjetas de agradecimiento, porque las gracias y el por favor son más que palabras vacías de "buenos modales".
Extraño a mi familia de locos, con todas sus locuras, sus defectos, su honestidad, sus comentarios sarcásticos que son siempre bienvenidos, su sinceridad, su inteligencia innata, y sus chistes que no tienen traducción.
Sí extraño a mi familia :(
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Mi familia tan imperfecta y loca. A veces podemos parecer maleducados, pero nunca falsos ni mentirosos. En mi familia no pretendemos ser lo que no somos.
Somos sinceros y expresamos abiertamente lo que sentimos y pensamos. No nos preocupa el "quedirán".
Ya extraño a mi familia loca. La primera vez que conoces a alguien de mi familia, sabes lo que le gusta y lo que le disgusta. No es posible (en mi familia) que pase más de un año sin saber lo que un alguno de nosotros cree o no cree, piensa o no piensa, ni en qué están a favor o en contra. Imposible que algún Martínez del Bosque se quede calladito, sonriendo y asintiendo con la cabeza, si no estamos de acuerdo en algo.
Extraño a mi familia. Donde a los parientes políticos se les trata como hermanos de sangre. Donde es inevitable ser "metiche" porque de verdad se interesan por los demás. Donde siempre encuentras quién te escuche, quién se eche contigo un postre, quién te acompañe por una nieve, y definitivamente quien te cuide a los güercos.
Extraño a mi familia. No es una familia modelo, pero es lo que es "normal" para mí. No es una familia perfecta, pero ahora sé que es una familia más sana que muchas que fingen serlo.
Extraño a familia. Cerca de ellos nadie se siente solo, ni hay oportunidad de deprimirse. Todos los días hay un pleito, y más de una reconciliación. Y no es necesario pedir perdón con palabras, porque las acciones hablan más que mil de ellas. Allí no es necesario mandar tarjetas de agradecimiento, porque las gracias y el por favor son más que palabras vacías de "buenos modales".
Extraño a mi familia de locos, con todas sus locuras, sus defectos, su honestidad, sus comentarios sarcásticos que son siempre bienvenidos, su sinceridad, su inteligencia innata, y sus chistes que no tienen traducción.
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