Definitivamente no hay mejor película que la vida misma, ni mejores protagonistas que nosotros. Los seres humanos somos unos personajes únicos. Cada uno con características, hábitos, creencias y comportamientos tan peculiares y entretenidos.
Esta mañana puedo reflexionar y escribir esto, gracias a que Danny se quedó en casa con Yotam, mientras yo vine a desayunar con las niñas. No se preocupen, no soy "tan" mala madre. Durante el desayuno, no saqué mi teléfono para nada. Disfrutamos de unos hot cakes deliciosos, y conversamos.
Estamos sentadas al lado de una área de juegos, así que al terminar, fueron a jugar y yo me quedé haciendo lo que más me gusta: observar el comportamiento humano.
Cerca de nosotras se sentó una pareja con dos niñas, una como de 3 años y una bebé en el portabebé. La mujer parece enojada, y el esposo trata de complacerla, pero ella no parece muy feliz. El hombre se ve muy acomedido, pero ¿qué habrá hecho? O tal vez la pobre mamá sufre depresión post parto.
Quién sabe, caras vemos, corazones no sabemos. Podemos especular o intentar adivinar lo que alguien siente o piensa. Podemos hasta juzgar las actitudes y comportamientos de una persona, pero sólo ellos saben lo que están pasando; su situación familiar, emocional, económica o física...
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