He visto varias veces un programa de televisión que se llama “Millionaire Matchmaker”. Es un “reality show” donde la protagonista principal es una mujer quien asegura que su vocación es hacerla de “Celestina”. Ella se dedica a encontrar parejas, específicamente para millonarios solitarios. Me parece una buena idea como negocio.
Cada vez que he visto este programa, no puedo evitar sentirme triste por estas personas que le pagan a esta chica para que les encuentre pareja. Deben estar tan solitarios y desesperados para contratar a alguien que les encuentre compañía y alguien que los ame. Supongo que la meta final es encontrar a alguien que los ame y les haga compañía, si no, no se arriesgarían a contratar a alguien y además salir en televisión. De las veces que he visto, solamente dos veces han sido mujeres millonarias buscando pareja, casi siempre son hombres. ¿Qué puede estar tan mal con ellos, que en su mayoría, hombres de negocios, han sido exitosos en su vida profesional, pero se sienten solos y no han encontrado alguien que los acompañe en sus éxitos (y en todo momento, claro)?
Al final de cada capítulo me siento feliz, pues este programa me recuerda lo afortunada que soy al haber encontrado a mi amado esposo Danny. Me encanta su compañía, y aunque no somos ricos, si lo somos en amor y bendiciones. ¡Gracias Millionaire Matchmaker por recordarme lo afortunada que soy, y por ayudarme a comprobar una vez más que el dinero no da la felicidad!
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