Sí, qué chido que seas feliz, independiente, que no le des explicaciones a nadie de lo que piensas o haces, y que te valga lo que piensen de ti. ¡Qué padre! Pero no te lleves de encuentro a nadie y cumple con tus responsabilidades.
Si eres de verdad independiente entonces paga tu renta y todo lo que consumes. Paga por tu luz, agua, techo, electricidad, teléfono, transportación, e impuestos. Paga tus deudas. Cómprate tu propia ropa, calzado, lujos y antojos; lo tuyo y lo de los hijos que trajiste al mundo.
Cumple lo que prometes y a lo que te comprometes. Hazte cargo de los hijos que decidiste tener.
No esperes que otros se hagan cargo de ti y los tuyos.
Sé responsable y cumplidor. No le debas nada a nadie, ni dependas de nadie más para tener techo, agua, comida, y demás utilidades; así como artículos de primera necesidad, lujos, viajes... Y menos dependas de nadie más para que un hijo que tú ayudaste a concebir salga adelante y tenga todo lo necesario. Entonces, sí atrévete a decir que eres independiente, que nadie a tu alrededor te importa, que haces lo que se te antoja.
Sé feliz y haz feliz a aquellos con los que decidiste vivir. Fue tu decisión en algún momento. Si eres un adulto, fue tu decisión trabajar, procrear, subir, bajar, entrar, salir. Si eres independiente y quieres ser feliz, de verdad independízate y no dependas de los demás.
Yo haré lo mismo.
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