¡Qué milagro es la vida! Sólo Dios puede hacer que la vida comience. Científicos y doctores han intentado recrear el comienzo de la vida en el laboratorio y no lo han logrado. Nadie puede hacer que un bebé exista y empiece a crecer (milagrosamente de verdad) en el vientre de una mujer, sólo Dios.
Esta mañana, antes de empezar mi día, le pido a Dios por la gente que conozco (amigos, conocidos, familiares, hermanos de mis amigos) que han estado esperando el milagro de la vida en el vientre materno por un buen tiempo. Por ellos que han sufrido tantas decepciones en su proceso de convertirse en padres. Muéstrales tu gloria, tu gracia y tu majestad Señor. Tú nos creaste a todos y todo.
Permíteles ser padres, y que esta batalla que ahora sufren, sea lo que los conforte y les de paciencia cuando por fin su deseo de ser padres se haga realidad. Que cuando estén viviendo las dificultades del día a día de el trabajo de criar a los hijos que les concedas, recuerden qué difícil fue y los valoren aún más.
Amén.
"Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos." (Salmo 139:13-16)
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