viernes, 26 de agosto de 2011

Duele mucho el dolor

Quiero no ver ni escuchar porque el dolor duele. No digo que estoy en lo correcto cuando me he escondido de los noticieros, ni cuando me he tapado los oídos cantando, mientras la gente conversa sobre la última matanza, atraco y crimen.

Ya no quiero que me duela, ya no quiero llorar a escondidas. Por eso cuando vi una foto de un periódico de una persona colgando, intenté bloquearlo en mi mente y poner esa imagen en una parte de mi cerebro donde pueda quedarse tapada y no salga. Pero esa imagen me sigue espantando cada día. Siempre he sido buena para bloquear lo que me duele, porque quiero ser feliz y porque el dolor de adentro duele mucho.

No quiero que me duela, por eso trato de imaginar que las historias que me cuentan cuando hablo por teléfono con mi gente de allá, son puras películas. No quiero que los protagonistas inocentes sean personas reales, quiero que sean actores bien pagados, o monos de peluche que parecen de verdad.

Ya no quiero que me duela, por eso me traté de dormir muy cansada anoche y no quería despertar pronto, porque me vuelvo a acordar y me vuelvo a enterar. Y luego al despertar, inmediatamente me ocupé. Tanto que hacer, muchas ocupaciones y trabajo; eso me puede ayudar para ignorar el dolor.

Y si se salen las imágenes escondidas y me ataca el dolor; y si se salen las lágrimas sin control, tal vez puedo convencerme a mí misma que son las hormonas y no que se está cayendo el cielo para los míos... Allá tan lejos. Tal vez si estoy más lejos duela menos.

¿Cómo no nos va a doler? ¿Quién no ama la tierra que lo vio nacer y crecer? ¿Quién no se llena de emociones cuando recuerda esas calles calientes de concreto que lo vieron caerse y levantarse con raspones en las rodillas? ¿Quién que está lejos, no quiere volver y caminar y bailar por esas calles llenas de luces y de alegría hasta que amanezca?

Si no veo la tele, ni escucho la radio en español, ni hablo por teléfono, ni checo mi correo electrónico, ni leo los periódicos, ni entro a Facebook, tal vez así no duela tanto. ¿Dónde me puedo esconder de mi dolor y el de mi gente?



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