Los demócratas aseguran que los republicanos son la peor escoria de su país. Los republicanos no se quedan atrás, y afirman que los demócratas son un asco.
Los republicanos les echan a los demócratas.
Los demócratas no respetan a los republicanos.
No se valoran mutuamente. Se atacan.
Yo los veo desde afuera y me burlo de esa situación que han creado. Me río de ambos partidos políticos (no los únicos, de ninguna forma; hay muchos más, pero sí los más “importantes” en este país), mientras ellos creen que tienen la razón. ¡Qué tontos!
¿De verdad quieren ayudar al país, a la niñez, al mundo, a la madre tierra? ¡Basta de negativismo innecesario y de rencillas ridículas!
Y los que me intentan convencer de pertenecer a un partido o al otro: ¡aléjense de mí! Yo no voy a salir a defender ni a apoyar a un “partido político”. ¿Quién es el partido político? ¿Una persona? ¿Un conjunto de individuos que creen que están en lo cierto? ¿Una fraternidad donde todos sus miembros comparten los mismos valores, creencias, conocimientos y morales?
¿Por qué tendría que votar por un candidato solamente porque pertenece a un partido político específico? Cada persona es diferente. Los candidatos son personas, por ende, son diferentes. Tienen ideas, valores, preferencias, gustos, características, cualidades y defectos diferentes.
Hay buenos y malos en todos lados. En cualquier partido político (al igual que en cualquier grupo humano) encontraremos mentirosos, y también gente honesta. Vanidosos, ladrones, trabajadores, bondadosos, amigos, conocidos o extraños. Los puedo encontrar en cualquier lado.
Y no faltará alguno que venga a quejarse porque mencioné a un partido más que al otro… o porque lo mencioné primero. Hasta demandas en la corte ha habido de un partido demandando -valga la redundancia- que en las boletas se ponga el nombre de tal o cual candidato ya sea a la derecha o a la izquierda del papel. Más pérdida de tiempo, dinero, esfuerzo y otros recursos.
Y ambos aseguran ser “El Bueno”, mientras el otro es “El Malo”, claro. Absurdo.
Tengo una idea muy innovadora (disculpen el sarcasmo): Unamos esfuerzos para intentar ser un mejor país, para todos los que vivimos aquí y para nuestros vecinos. Unamos nuestros talentos y recursos para luchar por un mundo mejor. Dejemos de pelear dentro de nuestra comunidad, si tanto buscamos la paz en el mundo. Empecemos por terminar esas guerras ridículas entre partidos. ¿Por qué no empiezan por ahí sus discursos de paz, igualdad, bondad, generosidad, cambio mundial, amor al planeta y al prójimo?
Los humanos: seres hipócritas y convenencieros.
¿Podemos ser amigos aunque no apoye a tu candidato o a tu partido político?
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