Anoche antes de dormir, estuve leyendo mis varios libros que leo al mismo tiempo.- primero el libro que analiza el libro de Esther de la Biblia. Luego continué con el libro de “Madre…”, me pareció muy entretenido y gracioso entrar a los pensamientos de esta extranjera intentando comprender el por qué del uso de nuestro idioma en México. Liza Bakewell relata sus historias y anécdotas viviendo en la Ciudad de México, desde su punto de vista, analizando el uso del idioma y las costumbres de la gente a su alrededor, que a su vez la ven como una extraña que no pertenece a ese mundo caótico, pero a la vez “ordenado”, donde todos entienden esas frases de “madres” que nadie nos tiene que explicar.
Me encanta recordar ciertas costumbres de mi tierra, que para quienes crecimos ahí son parte de la vida diaria. La gente gritando en la calle, los puestos de comida en las esquinas, los taxis y la gente preguntona y hasta metiche. Por ejemplo, Liza cuenta que de cientos y cientos de taxis que abordó (antes de tener a sus hijas), aproximadamente 90% de los conductores le preguntaban si tenía hijos, ella respondía que no y ellos le decían: ¿Tú y tu esposo no pueden tener hijos? – Tipo de preguntas que me causan gracia y que son tan normales en México. Me recordó a mis primeros años de casada, cuando cada vez que íbamos a Monterrey todos querían saber si ya estábamos “esperando” y al descubrir que no era así, tenía que ser porque no podíamos tener hijos, no por otra razón.
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